Los platos que me gustan son censillos; no deben tener mucho condimento, tiene que ser de fácil digestión, ligero y deliciosos. Así pónganme en la mesa un Gabriel García Márquez, un Unamuno o un Hermann Hesse. Son realmente deliciosos sobre todo si a Márquez se le pone como el platillo principal, de postre sírvanme un cortazar o un Borges, créanme con eso quedo lleno y puedo dormir en paz por lo menos una ves al mes o en los ratos libres.
Servido el plato, abierto las puertas de la imaginación
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