Solo me quedé viendo como se alejaba, quise alcanzarla, acompañarla a su casa, hablar un rato, pero, ¿De que hablaríamos?, ¿De nuestras vidas?, ¿De los recuerdos que por alguna extraña razón no nos han acompañado?. No. En definitiva ya no había nada de que hablar, ella ya no era la misma, ya no llevaba en su mirada aquel aire de ingravidez que le hacía ver tan bella. No. Ya no me puedo acercar a ella por una simple razón, ella tiene un hijo y yo soy un errante que solo esta de paso por esta ciudad.
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