...pudo haber encendido la radio y la computadora, y continuar con las cosas como todos los días, pero se recostó en la cama y dejo volar los papeles llenos de poesía y fraces sueltas. Pasó largos segundos con la mirada puesta en un punto indeterminado del techo, se levanto y escribió:
La sangre se marchita al tocar el suelo
la veo y carece de valor absoluto
la veo fluir lento como lava ardiente
espeso como sabia de un árbol oscuro
Mientras escribia ocultaba su mano que llevaba una gran cicatriz
Escribió también el final de tantas historias incompletas, lúcido, tomo el cigarro y lo apagó en una hoja vieja, camino hacia la ventana, levanto las cortina y miró tras de ella. Discretamente el cielo estaba compuesto por unas cuantas estrellas, mientras en el lago una luz flotaba a la deriva, de la mesa tomo un bocadillo, lo saboreo, tenia un sabor a un amargo olvido de esos que se nutren en el tiempo. Hizo una ultima movida a la partida de ajedrez, y leyó el ultimo capitulo de su libro favorito. Ya era tarde el reloj de la catedral abia finalizado el dia con una campanada. No hay sueño, aun hay fuerzas no naturales que le impiden dormir, y espera sentado a los pies de la cama, espera como quien espera, los que duermen, la culminación de los sueños. Cansado ya de todo toma el frasco con las capsulas, las toma una por una y las observa detalladamente en silencio, casi todas están vacías, toma una que tiene un contenido verdoso, lo observa sin ningún sentimiento, toma una botella con agua y se la bebe, y espera ….
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